En el día a día, en nuestra vida cotidiana, todos vivimos condicionados por nuestras experiencias pasadas, como si se tratase de cuerdas que nos rodean, procedentes de la vida actual (gestación, nacimiento, infancia, adolescencia, ...) o bien, un poco más allá, procedentes de existencias anteriores, de vidas pasadas, hace quizás décadas, quizás siglos, quizás milenios...Todo nuestro pasado nos afecta e interfiere en nuestro presente, y su influencia, en función de lo que nos aporta puede clasificarse de dos formas posibles:
a) Positiva, es decir, permitiéndonos o facilitándonos ciertas capacidades o habilidades para las relaciones sociales, las ciencias, los negocios, para comunicarnos, dones psíquicos, facilidad en el desarrollo de actividades artísticas o de cualquier área. Sí, todo lo bueno del pasado lo traemos al presente en forma de predisposición para ciertas actividades o tareas en nuestra vida actual. 
b) Negativa, cuando arrastramos del pasado vivencias sin resolver, como una carga pesada, que provoca la aparición en nuestra vida presente de enfermedades y sintomatología como: depresión, ansiedad, fobias, traumas, adicciones, insomnio, inhibiciones, vicios, enfermedades psicosomáticas (fibromialgia, artritis, psoriasis, alergias, ...) , dificultad para relacionarnos, para aprender, y un largo, larguísimo etcétera. En nuestro presente actúan simultánemanete esta polaridad de aspectos del pasado que nos afectan en nuestro desempeño, unas veces positivamente y otras negativamente.
En la medida que conocemos nuestro pasado y liberamos toda la carga emocional y mental de experiencias y traumas sin resolver, se disipa esa energía que nos limita actualmente, y de forma sencilla y natural se restablece la salud física, mental y emocional.
Nuestra vida está condicionada por diferentes factores: genéticos, entorno familiar, social, cultural y económico, entre otros, pero el factor más importante, a nuestro entender: el condicionamiento heredado de nuestras existencias previas que nos condiciona todo, absolutamente todo en nuestro presente. 
Esta herencia del pasado o información de vidas pasadas queda almacenada en nuestro subconsciente individual y en el colectivo, en los archivos denominados akáshicos (éter que contiene toda la información personal y de la historia del Universo), que suele representarse y vivenciarse durante la sesión de regresión como visitar una amplia, bella y antigua biblioteca, donde cada volumen representa la historia de un ser, de cada uno de los individuos o conciencias del Universo.No es casualidad los padres que escogemos, ni el entorno social, cultural y económico que a éstos les son propios, ni las circunstancias que esa familia y sociedad experimentará en el transcurso de los años, ni el área geográfica ni el período histórico que escogemos para nacer.
El destino pone en nuestras manos todo un abanico de circunstancias que nos acompañan desde nuestro nacimiento en este planeta Tierra, y son las circunstancias necesarias, las estrictamente necesarias y premeditadas por nuestra alma para desarrollar una vida en concreto, permitiéndosenos o al menos dándonos la opción de vivir aquello que nuestra alma necesita vivir para aprender lo necesario y superar los traumas y los conflictos sin resolver de nuestras vidas anteriores o existencias previas, para encaminarnos, paso a paso, vida a vida, hacia niveles cada vez mayores de autoconocimiento, sabiduría y consciencia.MIGUEL ÁNGEL DARSHAN
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